Divagación y rumiación mental
Ni dispersión sin rumbo ni atención 24/7. Perderte en tu mente no (siempre) es negativo. Te lo cuento.
En la Pequeña GRAN guía de la atención dedico un capítulo a las bondades de la divagación mental. Es un elemento básico de las mentes creativas y necesaria para descansar y despertar la curiosidad.
Divagación mental y creatividad: El poder de la mente errante
En un mundo que nos empuja constantemente hacia la productividad y la eficiencia, la mente errante ha sido injustamente subestimada. Se tiende a pensar que divagar es sinónimo de perder el tiempo, de distraerse innecesariamente, que cualquier distracción es un obstáculo para lograr nuestros objetivos. Sin embargo, lo cierto es que la divagación mental tiene un poder inmenso sobre nuestra creatividad y bienestar. Por desgracia, muchas veces ignoramos el gran valor de esos momentos en los que nuestra mente divaga sin un propósito fijo. De hecho, la neurociencia ha demostrado que permitir que la mente vague, sin un propósito inmediato, fomenta la generación de ideas innovadoras y facilita la resolución de problemas.
La divagación mental, lejos de ser una simple pérdida de tiempo, es clave para fomentar la creatividad, mejorar la resolución de problemas y aportar bienestar emocional.
La capacidad de dejar que los pensamientos fluyan sin control, lejos de ser un signo de dispersión, es lo que nos permite conectar puntos que a simple vista parecen inconexos, y esto es clave para desbloquear nuestro potencial creativo.
Dicho de otra forma: estudios neurocientíficos recientes, como los de Moshe Bar, han demostrado que cuando permitimos que nuestra mente vague, no solo estamos dando un descanso a nuestro cerebro, sino que también estamos activando la red neuronal por defecto, una parte fundamental del cerebro que facilita conexiones entre ideas, recuerdos y conceptos. Esta red está involucrada en la planificación futura y en la integración de experiencias pasadas, lo que nos ayuda a pensar de manera más creativa y flexible. Este proceso nos permite generar soluciones innovadoras y ver problemas desde nuevas perspectivas.
Divagación mental versus dispersión: diferencias clave
Uno de los mayores retos a la hora de entender la divagación mental es no confundirla con otros estados mentales menos productivos, como la dispersión o la rumiación. A continuación, veremos las diferencias clave entre estos tres procesos:
Divagación mental: Es un estado natural en el que la mente se desplaza de un pensamiento a otro de manera libre, sin una dirección fija. Este proceso es positivo y puede ser altamente productivo, ya que permite que el cerebro explore nuevas ideas y haga conexiones entre conceptos que normalmente no estarían relacionados. La divagación mental es fluida y, a menudo, favorece la creatividad y la innovación.
Dispersión: La dispersión, en cambio, se refiere a una falta de concentración continua. En lugar de permitir que la mente se relaje y explore, se salta de una tarea a otra sin prestar la atención necesaria a ninguna de ellas. Este proceso, a diferencia de la divagación, genera un desgaste cognitivo porque no permite que la mente profundice en ninguna idea, afectando el rendimiento mental y la eficiencia. Esto genera fatiga mental y reduce la productividad, ya que impide que la mente se concentre de manera efectiva en lo que realmente importa.
Rumiación: A diferencia de la divagación, la rumiación es una trampa mental. Es un estado en el que la mente queda atrapada en un ciclo repetitivo de pensamientos negativos o preocupaciones. Este estado mental es dañino porque no permite avanzar ni generar soluciones. Al contrario, aumenta el estrés y puede bloquear la creatividad. En lugar de abrir la mente a nuevas posibilidades, la rumiación crea un ciclo destructivo de estrés y ansiedad, bloqueando el pensamiento creativo.
Entender estas diferencias es fundamental para aprovechar el poder de la divagación mental y evitar caer en los estados de dispersión o rumiación, que son perjudiciales para nuestra salud mental y nuestra capacidad de atención.
El papel de la red neuronal por defecto en la divagación
Moshe Bar, en su libro Divagando: Virtudes de la deriva mental, explica que cuando dejamos que la mente divague de manera natural, se activa lo que en neurociencia se denomina la red neuronal por defecto. Esta red es un conjunto de conexiones cerebrales que se activan cuando no estamos concentrados en una tarea específica.
A través de la divagación, la mente revisa experiencias pasadas, planifica escenarios futuros y conecta ideas aparentemente inconexas, todo ello sin que seamos conscientes de ello.
A mí me parece un tema muy interesante que te invito a seguir explorando en la guía.
¿Eres de las que se enredan con un pensamiento?
¿Conocías las diferencias a nivel mental entre divagar, rumiar…?
¿Crees que puedes salir de esa rueda del hámster? (Spoiler: sí, si te entrenas para ello).
Una de las formas de enredarse, en negativo, y de fomentar la divagación, en positivo, son las actividades automáticas o rutinarias (porque actuar en piloto automático tiene sus bondades si sabes usarlo a tu favor) como pasear, lavar los platos, planchar, darse una ducha, etc.
Seguimos explorando.
Feliz día,
Pilar NC
Me da la impresión de que mi vida es un bucle de esto 😅😂
My intersante para comprender a nuestros pensamientos, a veces divagan y llegan soluciones nuevas, otras en cambio se empecinan en pensar mas de lo mismo, este enganche conlleva dificultades por cuestiones sin cerrar adecuadamente.
Un abrazo gracias por la reflexión