Escribe para «ver»
Cerramos año de viviencias e iniciamos nuevo cuaderno para seguir escriviviendo
Os pregunté por Substack si preferíais una Carta con un ejercicio de escritura o un nuevo post sobre atención (de los que os recuerdan que acabo de publicar un libro ideal para empezar el nuevo año, La pequeña GRAN guía de la atención: recupera tu foco en un mundo de ruido y distracción, un libro muy práctico para ayudarte a que te centres en tus prioridades y recuperes el bienestar. Como objetivo para 2025, ni tan mal. Te lo dejo aquí para que no se te escape:
cierro paréntesis).
El caso es que ganó el ejercicio de escritura, como los que compartía antes en la versión de pago de esta Carta y que ya no existe. Es decir, que es un regalo :). Aquí va, y gracias a las que contestasteis.
El final del año siempre nos da una excusa perfecta para parar un momento y pensar en lo que has vivido. Este es ese instante: el de mirar atrás con cariño, reconocer tus pasos y plantearte cómo quieres avanzar. Esto me lo digo a mí misma a menudo, ya que hay días en que parece que no siento avance y, sin embargo, he hecho mucho. No hay nada más motivador que ver todo lo que has conseguido ya, aunque no sea algo que imaginaste porque la vida abre caminos sin que los conozcas de antemano.
En mi caso, he escrito mucho más de lo previsto, he hecho cursos que no sabía que existían, he ido y vuelto en Substack de diferentes formas, he ayudado a bastantes personas, he cambiado de casa (no previsto) y varias cosillas más, pero no he conseguido mi principal objetivo: encontrar la manera, ni propia ni por cuenta ajena, de generar ingresos. Un fastidio. Y que nadie me diga que no lo manifiesto porque no todo va por ahí. Que se lo digan a mis vecinos de provincia afectados por la DANA. Dudo que nadie lo haya manifestado.
Echar la vista atrás nos sirve para corregir la ruta en el mapa que trazamos hace unos meses, revisar la brújula que nos guía, limpiar las botas y ajustar las herramientas para que el viaje sea placentero y nos lleve hacia dónde queremos ir.
Cierra un capítulo, abre otro: reflexiones y objetivos para un nuevo año de escritura
Si escribes, este es un buen momento para reflexionar sobre tu recorrido como escritora y decidir qué rumbo quieres tomar. Y si no escribes, este ejercicio lo puedes aplicar a cualquier cosa que importa en tu vida.
Antes de empezar, te propongo que te regales un rato para ti. Busca un lugar tranquilo, abre tu libreta favorita y deja que las palabras fluyan. Más allá de los propósitos típicos, este ejercicio es una oportunidad para conectar con tus deseos, reconocer tus logros y poner claridad en lo que te gustaría conseguir o la mejor ruta para seguir por ella.
1. Dónde estás ahora
Antes de pensar en el futuro, vale la pena detenerse un momento en el presente. ¿Qué lugar ocupa la escritura (o tu profesión) en tu vida? ¿Te sientes bien con lo que estás haciendo? Reflexiona sobre tus proyectos actuales, tu tiempo dedicado a escribir, tus hábitos, y evalúa qué funciona y qué no.
A veces, ponerle un número a lo que sentimos puede ayudarnos a verlo con más claridad. Imagina una escala del 1 al 10. ¿Qué puntuación le das a tu vida como escritora en este momento? ¿Qué necesitarías para que ese número aumente el próximo año? No se trata de juzgarte, sino de tomar conciencia de dónde estás para poder avanzar.
Ahora que ya has situado tu «estoy aquí» en el mapa, miramos el camino ya recorrido. ¿A quién no le gusta recordar un buen viaje? ¿Tomaste fotos, escribiste anécdotas, te sentiste bien? Vamos a ello.
2. Lo que deja el año
Este es el momento de mirar atrás y preguntarte qué te ha enseñado el año que termina. Aquí tienes algunas preguntas que pueden ayudarte a reflexionar:
¿Qué momentos han sido los más felices en tu vida este año? Anota al menos cinco cosas que te hayan dado alegría o energía.
¿Qué ha sido más difícil? ¿Qué te ha bloqueado o drenado?
¿Qué logros quieres celebrar, grandes o pequeños? Tal vez hayas terminado un manuscrito, comenzado un proyecto nuevo o simplemente encontraste el valor de sentarte a escribir (por aquí tu actividad preferida) más a menudo.
¿Cumpliste los objetivos que te planteaste hace un año? Si no, ¿qué crees que lo impidió? Esto no es malo necesariamente si los objetivos cambiaron al surgir nuevas oportunidades o abrirse un camino diferente.
Escribe con sinceridad. A veces, lo que parece un tropiezo esconde aprendizajes valiosos, y lo que parece pequeño, en realidad, es un gran avance.
3. Lo que sueñas para el próximo año
Ahora viene la parte más emocionante: imagina el año que quieres construir. No necesitas plantearte metas imposibles, pero sí elige con claridad hacia dónde quieres dirigir tu energía. Piensa en objetivos que te ilusionen y que sientas que son alcanzables, aunque supongan un pequeño reto.
Algunas preguntas para inspirarte:
¿Qué proyectos quieres iniciar, continuar o terminar?
¿Qué hábito te ayudaría a ser más constante? Quizás escribir a la misma hora cada día, buscar inspiración en lecturas nuevas o incluso aprender a decir no a compromisos que no suman.
¿Qué te gustaría simplificar o eliminar de tu rutina para dedicar más tiempo a lo que es prioritario?
¿Qué te haría feliz incluir en tu día a día como escritora/tu actividad: tiempo para soñar, escribir sin presión, aprender algo nuevo?
Piensa también en qué haría que tu vida personal sea más satisfactoria. Porque no se trata solo de escribir más, sino de disfrutar más de todo lo que haces. De hecho, te propongo que hagas el ejercicio dos veces: una con lo laboral y otra con lo personal. Son dos caminos paralelos y no debería tener más peso uno que el otro.
4. Anticipa los obstáculos y planifica tus avances
Escribir metas en una hoja es un buen comienzo, pero el verdadero cambio llega cuando las llevamos a la práctica. Antes de empezar, piensa en los posibles obstáculos que podrían aparecer. ¿Qué crees que te podría frenar? ¿Falta de tiempo? ¿Inseguridades? ¿Bloqueos creativos?
Anota esos desafíos y busca formas de gestionarlos si llega el caso, si anticipas la solución será más fácil que no te impidan seguir el camino. Por ejemplo:
Si sueles sentir que el tiempo no te alcanza, reserva en tu agenda bloques específicos para escribir, aunque sean pequeños.
Si te cuesta mantener la constancia, busca una compañera de escritura o un grupo que te motive.
Si te abruman las grandes metas, divide tus objetivos en pasos más pequeños. A veces, avanzar poco a poco es lo que marca la diferencia.
Y, muy importante, no olvides celebrar tus avances. No tienes que esperar a alcanzar una gran meta. Cada palabra escrita, cada página terminada, es motivo de orgullo.
Empieza hoy
No necesitas esperar a que termine el año para dar el primer paso. Tal vez hoy mismo puedas sentarte a reflexionar sobre tu recorrido o escribir una lista de deseos para el próximo año. Tal vez mañana puedas reservarte un rato para ti, lejos de distracciones, y empezar a trazar tu plan.
El ejercicio no tiene que ser perfecto, solo tiene que ser tuyo. Como dijo Adam Braun: «Para que cualquier movimiento gane impulso, hay que empezar con una pequeña acción».
Este nuevo año está lleno de historias esperando ser escritas. Haz espacio para ellas. Date permiso para soñar, para planificar y, sobre todo, para disfrutar del proceso. Porque no se trata solo de llegar a la meta, sino de vivir plenamente cada paso del camino.
No esperes al primero de enero para empezar a construir lo que deseas. Hoy es el mejor momento para dar el primer paso y escribir esa historia que llevas dentro.
Como resumen te diría que las cuatro preguntas básicas son:
¿Dónde y cómo estoy ahora?
¿Hacia dónde dirigí mi atención este año que termina?
¿A qué le dediqué más tiempo y energía, y por qué? ¿Puede cambiar algo o no dependía de mí?
¿Hacia dónde quiero dirigir mi atención y energía los próximos meses?
Espero que te sirva. Es imposible planificar con detalle lo que está por venir porque hasta la lluvia puede destrozar la mejor planificación. Pero sí puedes evaluar qué puedes hacer en tus circunstancias actuales, con lo que está a tu alcance, y vislumbrar cómo quieres que sean en un futuro cercano. ¿Cómo te quieres sentir dentro de 12 meses?
Una vez visualizada una meta mayor, establece tu intención diaria. De eso podemos hablar otro día, si tú quieres.
POST DATA: a mí me gusta mucho escribir el año como si fuera un relato. Si te gusta escribir te invito a que lo pruebes. Piensa en ti como el personaje principal y, como si vieras tu año en la pantalla del cine, relátalo. ¿Te atreves? Cuéntame si lo haces.
Hasta la próxima Carta. Mientras, podemos conversar en Substack:
O deja aquí un comentario, sobre esto o nuevos temas sobre los que escribirte:
Este año he escrito menos de lo que me gustaría. Pero he sido regular, he actualizado mi blog y newsletter semanal y siento que he hecho muchísimo para haber sido un año tan intensísimo como ha sido.
Creo que esa sesión conmigo misma la necesito de cara al año que viene, sin duda. Gracias por tus palabras una semana más. Un abrazo.