No dejaré pasar este momento improvisado para saludarte porque mi cabeza vaya loca últimamente y no encuentre el borrador de lo que tenía preparado para enviar.
Paso por aquí solo para decirte que estás bien.
Mejor dicho, quería decirte que si estás bien no necesitas que venga el/la gurú de turno a decirte lo contrario.
Que a veces nos sentimos bien, aunque haya alguna tecla que en este momento esté desafinada o, al leer/escuchar a personas de labia fácil, creamos que realmente nos pasa algo, que esa tecla desafinada (de fácil arreglo) es porque tenemos un trauma de infancia sin resolver. ¿Seguro?
A ver, que a lo mejor no. Date permiso para mirar con objetividad hacia atrás y hacia delante. Y luego mira tu ahora. No es perfecto, lo sé. Nunca lo es. Se llama vida.
Obsérvate para darte cuenta de dónde pones el foco. Porque ahí, dónde estás llevando la atención la mayor parte del tiempo, ahí, justo ahí, es dónde estás escribiendo tu futuro.
Y si te pasas el día removiendo mierda pasada (perdón por el símil) la vida se convierte en un estercolero.
Y no es eso lo que queremos. Yo no lo quiero.
Resuelve, sí. No guardes asuntos sin resolver porque pueden hacerse más grandes; una bola inmunda que perjudique a todo lo demás.
Por supuesto, no digo que des la espalda a tus traumas. Solo sugiero que a lo mejor no los tienes, aunque te hagan creer que sí.
Una manera maravillosa de saberlo es la escritura.
Escribiendo puedes hacer limpieza interior y no acumular mierda; puedes afinar la tecla o, como mínimo, darte cuenta de si hay algo que necesitas resolver.
Dicen que escribir es sanador.
Una forma de hacer autoterapia.
Te invito a escucharlo en el video de Javier Miró, que adjunto más abajo, que lo explica mejor que yo.
Y aunque reconozco que no conocía a la colega de la que habla, sí que puedo darte otras referencias de profesionales que se dedican a la escritura reflexiva y personal (no comulgo con eso de que la escritura sea terapéutica, otro día te lo cuento porque hay muchos matices y aristas ahí), además de yo misma.
Si te convence lo que explica el video, recuerda mis libros para empezar o seguir con algo tan sanador como la escritura.
Por ejemplo: Escribir desde las entrañas. Un libro que sirve tanto a profesionales de la escritura (practicar desde las distintas emociones y sensaciones para trasladarlo a los personajes), como a quienes solo buscan un medio de autoconocimiento, autocomprensión y crecimiento interior. Conocerse para no vivir perdidos y lograr la armonía y la serenidad: la escritura diaria es un medio más para conseguirlo.
Y nada más por hoy
No te robo más tiempo. Si recupero el texto que tenía esbozado para hoy, con sugerencias no solicitadas, lo enviaré en una próxima carta.
Solo recordarte que con la escritura puedes trazar tu mapa para ver dónde estás y comprender si de verdad tienes algo muy malo dentro de ti que resolver, como te dicen los/las gurús vendesoluciones o solo eres una persona normal, con sus más y sus menos, y basta con afinar una tecla. No hace falta (no siempre al menos) cambiar todo el teclado.
Escritura terapéutica: video de Javier Miró
Empieza a practicar con Escritura emocional o con Escribir desde las entrañas.
Hasta la próxima,
Pronto abrimos Por amor al arte Premium. ¿Te vienes?